1. Lee varias veces el texto que se presenta a continuación.
2. Luego escribe un esquema o borrador.
3. Comprueba que las expresiones utilizadas plasmen los puntos de vista del
autor o la autora; manteniendo así, el sentido del contenido original del texto.
4. Una vez realizados los pasos anteriores, puedes comenzar a escribir tu
paráfrasis.
5. Es importante que tengas presente que por medio de la paráfrasis, puedes
apropiarte de nuevas ideas y nuevos conocimientos para expresarlos con tus
propias palabras
6. Discutir en la clase presencial con tus compañeros, las posibles
paráfrasis.
Fábula
El Cojo y el Ciego
Una vez, un Cojo y un Ciego llegaron a la orilla de un río que debían cruzar forzosamente, pero no tenía puente. Ante esta dificultad inesperada, el Cojo dijo a su compañero: “Aquí hay un cruce bastante bueno, pero para serte franco, mis piernas no me permiten cruzarlo”.
El Ciego contestó: “Yo lo
pasaría si pudiese ver, pero como me falta la vista, temo resbalar y ahogarme
en él. ¿Qué haremos?”.
Pensando unos minutos, el
Cojo dijo: “¡Se me acaba de ocurrir una magnífica idea! Tus piernas, mi amigo,
serán mi sostén, y mi vista, será nuestra guía. Ayudándonos mutuamente
pasaremos sin dificultad a la otra orilla”.
Estando ambos de acuerdo, el
Cojo se acomodó sobre los hombros del Ciego, y emprendieron el cruce del Río.
Tras llegar a la orilla, ambos estaban felices y a salvo. Gracia a su ayuda
mutua, lograron su objetivo de llegar a la ciudad antes del tiempo promediado.
Moraleja
Ayúdame, que yo te ayudaré
Había una vez un cojo y un ciego que debían cruzar un río, pero el cojo no se atrevía a cruzar por su debilidad en las piernas y el ciego tampoco porque temía que al no poder ver pudiera resbalarse y ahogarse, así que decidieron ayudarse mutuamente y lograron llegar a su destino.
ResponderEliminarUna vez un cojo y un ciego que debían cruzar un rió, pero el cojo no se atrevía a cruzar por su debilidad en las piernas y el ciego tampoco porque tenia que al no poder ver pudiera resbalarse y ahogarse, asi que desidieron ayudarse mutuamente y lograron llegar a su destino.
ResponderEliminarmoraleja: agudame que yo te ayudare
_ Había una vez dos amigos que tenían que pasar al otro lado del rió ,pero tenían una dificultad uno era cojo y el otro era ciego, el cojo tenia una idea y le dijo al cojo que juntos pasarían, pero el ciego le dijo si pudiera te ayudaría pero no puedo ver, y el le contesto tengo una idea tus piernas serán mi sostén y mi vista sera nuestra guía, estando los dos de acuerdo pasaron al otro lado del rió, y se sintieron felices de haber logrado lo que se propusieron, ya que ambos se ayudaron mutuamente
ResponderEliminarR-1 Había una vez un cojo y un ciego, un día tuvieron que cruzar un rió pero el cojo no podía cruz arlo por su debilidad en las piernas.El siego no podía cruzar porque temía resbalarse y ahogarse se detuvieron a pensar unos minutos y el cojo dijo tu seras mi sostén y yo tu guía y cruzaron sanos y salvo
ResponderEliminarMoraleja
- Ayúdame,que yo te ayudare
Habia una vez un cojo y un ciego un dia tuviero que cruzar un rio pero el cojo le dijo a su conpañero aqui hay un cruser bastante bueno, pero para serte franco mis pierna no me permite crusarlo el cojo no podia cruz arlo por su debilidad.
ResponderEliminar-Ayudame,y yo te ayudare
EL CIEGO Y EL COJO
ResponderEliminarUn día por una avenida venían un ciego y un cojo. Estaban muy asustados porque le daba miedo cruzar por los carros que venían, entonces le dice el cojo al ciego que crucen por una esquina y yo puedo indicarte el camino, me agarro de tus hombros y tú serás mis ojos, y así podremos cruzar sin miedo.
La moraleja del cuento es que debemos ayudarnos mutuamente por eso es que dice ayúdame que yo te ayudare.
Había una vez un cojo y un ciego que estaban de excursión por el bosque y todos sus compañeros de excursión pasaron el río y los dejaron a ellos dos juntos pero el cojo le dice al ciego que hay un río y mis piernas son muy débiles para pasarlo y el ciego responde yo soy ciego y no puedo ver y en eso se le ocurrió una idea al cojo y le dijo al ciego que si el puede ser sus ojos y tu mis piernas y entonces el cojo se monto en los hombros y el cojo iba guiando a el ciego a así los dos pasaron el rió
ResponderEliminarMORALEJA: ayúdame, que yo te ayudare
Había una vez un cojo y un ciego que estaban de excursión en el bosque pero los compañeros de ellos pasaron un río y los dejaron a ellos dos solos y el cojo le dice al ciego que hay un río y mis piernas son muy débiles para pasarlo y dice el ciego y yo soy ciego y no puedo ver y entonces al cojo se le ocurrió una idea que el cojo se tus ojos y tu seras mis piernas y así fue el cojo se monto encima de el ciego y los dos lograron pasar el río
ResponderEliminarMORALEJA: ayúdame que yo te ayudare
_Una tarde un cojo y un ciego se encontraron , en la plaza, el cojo le dice al ciego,ahora como haremos para pazar, las calles.El ciego contesto:Yo la pasaria si pudiera ver, pero como me falta la vista, me da miedo que me atropeyen, un carro el cojo, le dice aunque mis piernas no me permiten cruzar rapido las calle, se me ocurre una una magnifica idea.
ResponderEliminar_Mis piernas seran tu sosten y tu vista será nuestra guia. Ayudándonos mutuamente pasaremos la calle, el cojo se acomodó sobre los homboros del ciego, y emprendierón el cruce de la calle. Gracia a su ayuda mutua, lograrón su objetivo.
Moraleja: Ayudame que yo te ayudare.
Había una vez un cojo y un ciego que debían cruzar un río, pero el cojo no se atrevía a cruzar por su debilidad en las piernas y el ciego tampoco porque temía que al no poder ver pudiera resbalarse y ahogarse, así que decidieron ayudarse mutuamente y lograron llegar a su destino.
ResponderEliminarHabía una vez un cojo y un ciego, un día tuvieron que cruzar un rió pero el cojo no podía cruz arlo por su debilidad en las piernas.El siego no podía cruzar porque temía resbalarse y ahogarse se detuvieron a pensar unos minutos y el cojo dijo tu seras mi sostén y yo tu guía y cruzaron sanos y salvo
ResponderEliminarMoraleja
- Ayúdame,que yo te ayudare
Se encontraron un día un cojo y un ciego en la necesidad de cruzar un río. El ciego ayudó al cojo y el cojo ayudó al ciego. Luego el ciego robó al cojo 200 euros y el móvil sin que éste se percatase. El cojo, a su vez, robó al ciego y huyó todo lo rápido que pudo.
ResponderEliminarMoraleja: No te fíes ni de tu padre.